martes, 27 de enero de 2009

El Pozolero


...Santiago Meza López, lo conocían en los ambientes del hampa mexicano por El Pozolero, dado que su especialidad era cocinar a los narcotraficantes rivales. Según confesó al ser detenido, su trabajo -que vendía al mejor postor por 600 dólares a la semana- consistía en sumergir los cadáveres que recibía en bidones con sosa cáustica, macerarlos durante 24 horas y arrojarlos después a una fosa séptica. Eso sí, El Pozolero sólo aceptaba ingredientes masculinos. Se lo podía permitir. Sólo en 2008, su último jefe -el famoso Teodoro García Simental, El Teo o El Tres Letras, uno de los principales lugartenientes del cartel de los hermanos Arellano Félix- le encargó que convirtiera en caldo a 300 narcos rivales.
¿Cómo se puede abordar una nota así, con todo el asco y el horror que esta noticia puede despertar en todo aquel que la lee? ¿Quién es en realidad el ya famoso "Pozolero"?
Más allá del horror que producen las prácticas de muerte, la exacerbación de la violencia de las bandas criminales en México y el empeño que demuestran en no dejar evidencias, el asunto de esta detención y todo lo que se ha dicho al respecto, me parece, puede tener otros muchos ángulos.
El ya famoso "Pozolero", trabajaba disolviendo cuerpos. Es decir, según sus propias declaraciones, él no asesinaba a nadie (claro, hasta que se demuestre lo contrario). Desde un punto de vista estrictamente laboral, su función era la de desaparecer los cadáveres que sus empleadores le llevaban para este fin (y el Pozolero debía acatar órdenes). Sin conocer mucho de derecho penal, quizás se le podría acusar de inhumaciones clandestinas, pero de nada más. Y yo me pregunto, ¿cuántos enterradores estarían dispuestos a ganar $600 dólares a la semana, $2,400 al mes? Yo creo que tras todas estas noticias, ahora mismo el gremio de enterradores y calcinadores "legales" deberán de estarse preguntando si el trabajar del lado correcto de la ley sigue teniendo sentido.
Por otra parte, dejando atrás el aspecto macabro, laboral y legal, a mi lo que realmente me gustaría conocer es el lado más humano de esta trama. ¿Es el Pozolero un individuo perturbado? ¿cómo puede alguien llegar a desempeñar una labor así?
Qué interesante sería que el Pozolero respondiese preguntas cómo las que listo a continuación:
-¿Cuándo empezaste a trabajar como Pozolero? ¿qué edad tenías?
-¿Quién te enseñó?
-¿Por qué decidiste tomar y seguir este trabajo?
-¿Te costó trabajo aprender?
-¿No te daba miedo?
-¿Y si te daba miedo, a qué le tenías miedo?
-¿Alguna vez, sentiste asco de lo que hacías?
-¿En qué pensabas cuando hacías "el pozole"?
-¿Les hablabas a los cadaveres, les decías algo mientras trabajabas con ellos?
-¿Escuchabas música mientras trabajabas?
-¿Qué era lo que te gustaba de tu trabajo?
-¿Qué era lo que no te gustaba de tu trabajo?
-¿Cuál era el principal problema con el que te enfrentabas al trabajar?
-¿En algún momento sentiste tristeza por alguno de los cadáveres que te entregaban para disolver?
-¿En algún momento sentiste odio por alguno de los cadáveres?
-¿Hubo alguna vez en la que pensaste en abandonar lo que hacías, en dedicarte a otra cosa?
-¿Soñabas alguna vez con lo que hacías?
-¿Puedes platicarme alguno de esos sueños en los que trabajabas?
-¿Sabía tú familia en qué trabajabas?
-Si no lo sabían, ¿qué pensaban ellos que hacias?
-Si lo sabían, ¿qué era lo que te decían?
-¿Cuándo alguien te preguntaba en qué trabajabas, qué contestabas?
-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
-¿Pensabas dedicarte por siempre a ser Pozolero o, en algún momento querías cambiar de actividad?
-¿Tienes algún sueño o aspiración para el futuro?
¿Se te ocurren otras preguntas?
Por otra parte, ¿quién habla de las víctimas? ¿quiénes son ellos, cuáles son sus nombres, qué sucede con sus familias? ¿Y los asesinos, quiénes son? ¿Están las 300 personas disueltas por el ¨Pozolero" en la cifra oficial de los muertos?

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