sábado, 31 de enero de 2009

Hugo Chávez es Amor

Uno: "Porque Chávez nos ama, y amor con amor se paga".

Dos: "Porque Chávez nos ama y por eso es incapaz de hacernos mal. Si propone la enmienda, sentimos, sabemos, que lo hace para el bien de nosotros, del país, de la revolución".

http://www.elpais.com/articulo/internacional/razones/amar/Chavez/elpepuint/20090130elpepuint_4/Tes


Estas son las frases que está usando el gobierno de Hugo Chávez para convencer a los ciudadanos venezolanos de que voten a favor de la enmienda constitucional que le permitirá su reelección indefinida. ¿Una campaña basada en el “amor”? No precisamente. Leo estas frases y detrás escucho el rumor de otras palabras, a veces dulces, a veces iracundas, furiosas, vengativas. Escucho un reclamo y un intento por manipular a los demás, burdo, sensiblero, soterradamente agresivo. En fin, escucho la voz del prócer hablándonos así:

Escúchame, soy un padre amoroso y todo lo que hago es por tú bien. Estoy aquí para protegerte y por eso debes confiar en mí, ciegamente. Jamás te haré daño. Ven, acércate, no hay nada que temer si estás conmigo, si te dejas rodear por mis brazos protectores, por la fuerza de mis palabras; por su poder de mando, de fuego y acero. No debes olvidar que los enemigos están allá afuera, sordos a la potencia de mi voz. Pero no temas, ellos no se atreven a acercarse porque saben que yo soy más fuerte y que los puedo destruir, aplastar, hacer pedazos. Tú sabes que yo te amo y espero ser correspondido en este amor. Porque si tú lo permites, podré cuidar de ti por siempre y tú vida será sencilla y cómoda y no habrá ningún motivo de preocupación. Tú y yo iremos juntos hacia el futuro, a construir juntos una gran nación en la que sólo los que no estén a mi lado deberán temer. Su vida, te lo digo con toda seguridad, será un infierno y tú y yo, juntos, nos reiremos de sus errores, de su desventura, de su infinita ingratitud hacia nosotros. Cantaremos, beberemos, bailaremos. Este es nuestro destino.

Escúchame bien, Yo, Hugo Chávez, cuidaré de ti por siempre.

viernes, 30 de enero de 2009

El Viaje Perpetuo

Como el noventa por ciento de los hombres, en el fondo quiero estar siempre donde no estoy, allá de donde acabo de huir…

Y la verdad es que sólo sentado en el coche, entre el lugar que acabo de dejar y el otro al que me dirijo, soy feliz, sólo en el auto y en el viaje soy feliz, soy el más infeliz de los recién llegados que puede imaginarse, llegue a donde llegue, en cuanto llego, soy infeliz. Soy de esas personas que, en el fondo no soportan ningún lugar del mundo y sólo son felices entre los lugares de donde se marchan o a los que van.
Thomas Berndhard, El Sobrino de Wittgenstein
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Ante la imposibilidad de siempre estar en movimiento, el hombre ha diseñado estrategias de evasión; una evasión perpetúa de si mismo y de todo lo que lo rodea. Y ya sea a través de la saturación de las percepciones, o de la facilidad con que el ser humano es capaz de abandonarse a la ilusión cotidiana de vivir la vida de otros, el hombre moderno casi siempre logra mantener su fuga. Pero no siempre la fuga dentro de los límites impuestos por las convenciones sociales y culturales es suficiente para olvidarse de si mismo; a veces, se necesita más que eso y entonces el impulso que conduce al hombre a la desesperanza lo hace brincar hacia el vacío: experiencias extremas de violencia, drogas y otros paraísos artificiales abren sus alas a la dispersión de la conciencia y entonces sí, el viaje conduce a los espacios en los que la muerte susurra continuamente su presencia.
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Regresando al viaje interminable sugerido por Berndhard: ir en un auto de un lugar a otro, siempre en movimiento, tratando de que casi no haya estaciones, paradas, pausas de ningún tipo; acaso permitirse sólo algunos altos diarios para dormir un poco, para orinar, defecar, comprar comida y agua y, luego, continuar el viaje, como esos niños pequeños que sólo pueden dormir cuando están en movimiento. Y sentir que nunca verdaderamente se abandona ningún sitio y, sobre todo, que siempre se está a punto de llegar a algún otro lugar; como una promesa que está a punto de cumplirse, interminablemente. Pero mientras eso ocurre, no existe motivo de preocupación: la vida es entonces un puro movimiento.

jueves, 29 de enero de 2009

La Mujer del Bosque

Ermitaña hallada en bosque dice que quería ser 'libre'.

La mujer (conocida ahora como la "mujer del bosque", señala que "sólo quería ser libre", que no tiene mala conciencia, ya que sus hijos eran mayores cuando se marchó de casa en 1997, con una pequeña mochila y 500 marcos (250 euros al cambio) en el bolsillo para "conocer el mundo".
http://www.eluniversal.com.mx/notas/572866.html

Imaginar una mujer que dia tras día va rumiando su insatisfacción, como algo informe que no puede agarrar hasta que un día las palabras se acomodan en la frase quiero ser libre. A partir de ese día, se dispone a hacer algunos arreglos, mínimos, y decide que lo primero que quiere hacer es ver la torre Eiffel. En silencio y sin hacerse demasiadas preguntas, empaca sus cosas y parte sin saber a dónde habrá de llevarla su viaje ni cuándo habrá de regresar. Sólo es conciente del hartazgo que se confunde con ese algo que le dice que necesita libertad y, también, ordenarse a si misma.
¿Cuánta gente vive en la misma situación y no se atreve a dar el paso hacia el vacío? Una mujer simple cuyo primer propósito es mirar la torre Eiffel y que, con cierta inocencia, declara que en Niza le fascinaron la moda y el dinero. ¿Cuánto valor, cuánta confianza en la vida, cuánto hartazgo, cuántas zonas de oscuridad se deben de tener para emprender una "misión" (como ella la describe) así?
Me recuerda aquel relato de Hawthorne (profusamente reseñado por Borges) llamado Wakefield; esa historia de un hombre que como "la mujer del bosque", un día decide, casi como un juego, como una broma pesada, dejar su casa sin avisarle a nadie y, a partir de ese momento, observar todo lo que era y rodeaba su vida; con distancia, como detrás de un cristal. Mira de lejos a su esposa y desde el primer día juguetea con la idea de regresar, pero no lo hace y poco a poco se da cuenta de que con cada día que pasa, el regreso se vuelve más díficil. Así, transcurren muchos años hasta que un día, casi sin darse cuenta, sus pasos lo llevan de regreso a la calle que dejó 20 años antes. Al estar frente a su casa, sin pensarlo, simplemente entra y retoma la vida justo en el punto en que la había dejado. Sin embargo, él ya no era el mismo.

martes, 27 de enero de 2009

El Pozolero


...Santiago Meza López, lo conocían en los ambientes del hampa mexicano por El Pozolero, dado que su especialidad era cocinar a los narcotraficantes rivales. Según confesó al ser detenido, su trabajo -que vendía al mejor postor por 600 dólares a la semana- consistía en sumergir los cadáveres que recibía en bidones con sosa cáustica, macerarlos durante 24 horas y arrojarlos después a una fosa séptica. Eso sí, El Pozolero sólo aceptaba ingredientes masculinos. Se lo podía permitir. Sólo en 2008, su último jefe -el famoso Teodoro García Simental, El Teo o El Tres Letras, uno de los principales lugartenientes del cartel de los hermanos Arellano Félix- le encargó que convirtiera en caldo a 300 narcos rivales.
¿Cómo se puede abordar una nota así, con todo el asco y el horror que esta noticia puede despertar en todo aquel que la lee? ¿Quién es en realidad el ya famoso "Pozolero"?
Más allá del horror que producen las prácticas de muerte, la exacerbación de la violencia de las bandas criminales en México y el empeño que demuestran en no dejar evidencias, el asunto de esta detención y todo lo que se ha dicho al respecto, me parece, puede tener otros muchos ángulos.
El ya famoso "Pozolero", trabajaba disolviendo cuerpos. Es decir, según sus propias declaraciones, él no asesinaba a nadie (claro, hasta que se demuestre lo contrario). Desde un punto de vista estrictamente laboral, su función era la de desaparecer los cadáveres que sus empleadores le llevaban para este fin (y el Pozolero debía acatar órdenes). Sin conocer mucho de derecho penal, quizás se le podría acusar de inhumaciones clandestinas, pero de nada más. Y yo me pregunto, ¿cuántos enterradores estarían dispuestos a ganar $600 dólares a la semana, $2,400 al mes? Yo creo que tras todas estas noticias, ahora mismo el gremio de enterradores y calcinadores "legales" deberán de estarse preguntando si el trabajar del lado correcto de la ley sigue teniendo sentido.
Por otra parte, dejando atrás el aspecto macabro, laboral y legal, a mi lo que realmente me gustaría conocer es el lado más humano de esta trama. ¿Es el Pozolero un individuo perturbado? ¿cómo puede alguien llegar a desempeñar una labor así?
Qué interesante sería que el Pozolero respondiese preguntas cómo las que listo a continuación:
-¿Cuándo empezaste a trabajar como Pozolero? ¿qué edad tenías?
-¿Quién te enseñó?
-¿Por qué decidiste tomar y seguir este trabajo?
-¿Te costó trabajo aprender?
-¿No te daba miedo?
-¿Y si te daba miedo, a qué le tenías miedo?
-¿Alguna vez, sentiste asco de lo que hacías?
-¿En qué pensabas cuando hacías "el pozole"?
-¿Les hablabas a los cadaveres, les decías algo mientras trabajabas con ellos?
-¿Escuchabas música mientras trabajabas?
-¿Qué era lo que te gustaba de tu trabajo?
-¿Qué era lo que no te gustaba de tu trabajo?
-¿Cuál era el principal problema con el que te enfrentabas al trabajar?
-¿En algún momento sentiste tristeza por alguno de los cadáveres que te entregaban para disolver?
-¿En algún momento sentiste odio por alguno de los cadáveres?
-¿Hubo alguna vez en la que pensaste en abandonar lo que hacías, en dedicarte a otra cosa?
-¿Soñabas alguna vez con lo que hacías?
-¿Puedes platicarme alguno de esos sueños en los que trabajabas?
-¿Sabía tú familia en qué trabajabas?
-Si no lo sabían, ¿qué pensaban ellos que hacias?
-Si lo sabían, ¿qué era lo que te decían?
-¿Cuándo alguien te preguntaba en qué trabajabas, qué contestabas?
-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
-¿Pensabas dedicarte por siempre a ser Pozolero o, en algún momento querías cambiar de actividad?
-¿Tienes algún sueño o aspiración para el futuro?
¿Se te ocurren otras preguntas?
Por otra parte, ¿quién habla de las víctimas? ¿quiénes son ellos, cuáles son sus nombres, qué sucede con sus familias? ¿Y los asesinos, quiénes son? ¿Están las 300 personas disueltas por el ¨Pozolero" en la cifra oficial de los muertos?

domingo, 25 de enero de 2009

Kerviel, el Jugador

"Conseguía astronómicas ganancias y eso me producía, a veces, un placer orgásmico". Este es el relato de Jérôme Kerviel, ex inversor del banco francés Société Générale, responsable de pérdidas por valor de 4.900 millones de euros, convertido en pocos días en celebridad mundial, un año después de que se destapase el caso."
De una nota aparecida en el periódico El País

…una sed ardiente del riesgo me invadió de pronto, sin que el amor propio mediase en ello. Quizás estas sensaciones múltiples, lejos de saciar el alma, no hacen más que irritarla y hacer que exija sensaciones nuevas, cada vez más intensas, hasta el agotamiento total.
Dostoyevski, El Jugador

El especulador está ahí para tomarle el pulso al mundo, para desanudar los hilos que otros van tendiendo y que él será más hábil en mover. Cierra los ojos y casi puede sentir la vasta red que se extiende alrededor, como un cuerpo que despierta de un profundo sueño y que ahora ve desperezarse para, un segundo después, enloquecer con los gritos de todos esos otros que, como él, tratan de arrancarle sus secretos.

"Kerviel, de 32 años, reconoce que perdió "el sentido de la realidad" pero que su éxito inicial le aseguraba el consentimiento del banco. El joven inversor asegura que el 7 de julio de 2005, tras los atentados terroristas en Londres, que llama el "premio gordo", hizo "500.000 euros en unos segundos" apostando a la baja por las aseguradoras. "Estaba exultante" continúa "pero me di cuenta de que no estaba bien porque había gente que había sido atacada con bombas. Corrí al baño y vomité".
Sin embargo, Kerviel dice que se recuperó de este "momento de debilidad" y siguió con sus prácticas durante otros dos años y medio. "

Presa de una especie de fiebre, puse todo ese dinero en el rouge y, de pronto, recobré la conciencia. Fue la primera y única vez que durante esta sesión de juego el estremecimiento del miedo me poseyó, traduciéndose en un temblor de las manos y los pies.
Sentí, con horror, lo que significaba para mi perder en aquel momento.
-Rouge! –cantó el crupier.
Dostoyevski, El Jugador

El jugador ha hecho su elección y ahora un sudor frío recorre el cuerpo; una tensión que va cayendo en bloques y que no habrá de detenerse sino hasta el instante en que el azar muestre su rostro. Ganar o perder, un ahogo, un temblor, una obsesión, una mano que tiembla y que lucha contra si misma tratando de mostrar calma; la sonrisa petrificada del jugador enmudecido y la mano que avanza y coloca fichas en el punto de elección; en el tapete verde que se torna en espejismo, en un viento seco que no le deja respirar. Y la ruleta gira y el mundo alrededor se petrifica hasta que el azar enseña su rostro múltiple y escupe su sentencia.


Era el momento de marcharme, pero un ansia extraña se apoderó de mi. Experimentaba una especie de deseo de desafiar la suerte, de hacerle burla, de sacarle la lengua. Arriesgué la mayor postura permitida, cuatro mil florines, y perdí. Luego. Poseído por la exaltación, saqué todo el dinero que me quedaba, hice la misma postura y perdí del mismo modo.
Dostoyevski, El Jugador

jueves, 22 de enero de 2009

Turismo Espacial

Un habitante de la ciudad de México está en la lista de los próximos turistas “espaciales”. Me entero ahora que hay una compañía que se encuentra construyendo la nave en la que, a partir del 2010, podrán hacerse viajes de 4 minutos al espacio. El costo: $200,000 dólares.
No me llama tanto la atención el hecho de que en este país de profundas desigualdades, haya personas que estén dispuestos a cumplir su sueño de viajar por el espacio. Ésta, creo yo, es una aspiración genuina. Lo que más atrajo mi atención en la nota en la que se da cuenta de esto, es el hecho de que es una agencia de viajes la que se encarga de comercializar estos paseos. En una lógica puramente mercantil, esto parece una obviedad: es un viaje, pues que sea una agencia de viajes la que se haga cargo de venderlos. Pero, ¿y dónde queda el mito de la “aventura espacial”, si ahora es posible comprar un boleto en la agencia de viajes más cercana? ¿Qué sucede con esa condición de excepcionalidad que solían tener los astronautas –o cosmonautas, dependiendo de la vieja filiación ideológica del mundo bipolar-? Viajes Lozano ha llegado para ayudar al derribo de estos mitos.
Por otra parte, no pude dejar de pensar en estos primeros turistas espaciales. ¿No será que, además de comprar su boleto para viajar 4 minutos al espacio, también están apostando a la celebridad –y la recuperación de su inversión- que habrá de traerles su “aventura”? Ya veremos.
La notica puede leerse aquí: http://www.eluniversal.com.mx/notas/571233.html

lunes, 19 de enero de 2009

Poe, Obama y Elecciones

Según reza la nota publicada el día de hoy por el Pais de España, existe un misterioso personaje conocido como el "Poe Toaster" que cada año, desde 1949, deja una botella medio vacia de coñac y un ramo de rosas rojas en la tumba de Edgar Allan Poe el día del aniversario de su natalicio. Un fragmento de la nota dice así:

El centro de la conmemoración se situará esta noche en Baltimore, Estados Unidos, donde descansa la tumba del escritor. Esta noche, cuando millones de admiradores conmemoren el 200º aniversario del nacimiento del maestro de lo macabro, un hombre cuya identidad nadie conoce dejará en la tumba del escritor, en Baltimore, una botella medio vacía de coñac y un ramo de rosas rojas. O quizá no. Porque el misterioso visitante del cementerio Old Western, en la esquina de las calles Fayette y Greene en la ciudad de Maryland, a quien llaman Poe Toaster (el que brinda por Poe, en inglés), que ha incursionado en las sombras desde 1949, quizá esté ausente este año cuando el mundo entero amontone homenajes a Poe.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Poe/celebra/200/anos/maestro/terror/elpepucul/20090119elpepucul_2/Tes
Pienso en este misterioso personaje y vienen a mi mente varias imágenes que se confunden y que arrastran al Poe Toaster en un caos callejero que él es incapaz de comprender; por un lado está la celebración por el 200° aniversario del natalicio de Poe y por el otro, de forma casi omnipresente, los festejos por la toma de poder de Barack Obama como presidente 44 de los Estados Unidos. Pienso en el Poe Toaster y lo imagino con su botella de coñac y el ramo de rosas que trata de proteger de la ventisca helada. Lo veo vacilante, tratando de evadir a los grupos que este año se juntan en cada esquina para gritar, para beber, para conversar sin que él entienda realmente lo que pasa. Cada tanto, se detiene y toma un trago y, de inmediato, reanuda su camino para no faltar a su cita anual con el maestro. La gente lo observa y algunos ríen a sus espaldas y, acaso, se divierten cuando una mano empuja a ese viejo borracho que se lanza al frente para que unos metros más adelante alguien simplemente se haga a un lado calculando que esta vez la fuerza del alcohol sí habrá de derribarlo. Pero esto no sucede y Poe Toaster avanza y sin saberlo quizás recorre el mismo camino que hace 160 años siguió el vacilante Poe (el 3 de Octubre de 1849), la tarde en que según dice una historia, Poe fue arrastrado por los grupos de gente que se reunían en la calle para votar a alguno de los candidatos que se tendrían que elegir en la jornada electoral de ese día. Se dice que ese 3 de Octubre Poe fue vestido con diferentes ropajes y fue llevado a votar en repetidas ocasiones. Se dice también que, entre cada cambio de identidad, la misma persona que se encargaba de que Poe sufragara repetidamente por el mismo candidato, lo llevaba a alguna taberna donde le pagaba sus servicios electorales con un trago. Así es que Poe fue de casilla en casilla hasta que el alcohol, la confusión y el delirio lo vencieron.
El delirio de un país que cambia a su presidente, el delirio de un poeta que se pierde en el alcohol, el caos de una elección y el caos de una fiesta. Y en el viejo cementerio Western, Poe Toaster levanta en silencio su botella para, como lo ha hecho cada 19 de Enero en los últimos 60 años, brindar con su entrañable amigo Edgar Allan, quien ni entonces ni ahora entiende nada de elecciones.

jueves, 15 de enero de 2009

La Cita

Y Cristo desciende a la ciudad conducido por dos sombras a las que sólo él puede observar. No ha visto su rostro pero sabe que ellas habrán de llevarlo hasta el punto de su cita. Continúa bajando y la ciudad se torna más sombría. Por momentos, tiene la impresión de que avanza a través de un espejismo y sin embargo trata de apurar el paso para no perder de vista a las sombras que lo guían. Poco a poco, los edificios se esparcen hasta diluirse en las orillas de una gran plaza vacía. Cristo siente frío y, acaso, miedo. Camina por la plaza y no sabe dónde está. De pronto una risa atronadora lo ensordece, lo abrasa. Cristo cierra los ojos y sabe que ha llegado el momento de su cita. Abre los ojos, saluda y suelta una sonora carcajada.

Bombas y Sepulcros

El ejército israelí bombardea un cementerio en el centro de Gaza.

La paz de los sepulcros se perturba con las bombas de Israel.
Los restos serán sepultados en una fosa común.

Nadie sobrevivió

http://www.abn.info.ve/noticia.php?articulo=165320&lee=16

martes, 13 de enero de 2009

Bush, el arrepentido

Ya con la cuenta regresiva de su mandato acercándose al final, el todavía presidente George W. Bush dio muestras de algo cercano al arrepentimiento o, por lo menos, al reconocimiento de que como presidente de los Estados Unidos de América, había cometido algunos errores. Su muy personal lista de fallos se limitó, en sus palabras, a proclamar la victoria de EU en Irak en 2003 (entiéndase bien: la guerra no fue un error, sino el anunciar la victoria “anticipada”) y al manejo de su administración de la catástrofe provocada por el paso del huracán Katrina por la ciudad de New Orleans. Por otra parte, se dijo “decepcionado” de no haber encontrado armas de destrucción de masas en Irak. Interesante que esto le causara una “decepción” cuando a cualquiera en su sano juicio le hubiese causado alivio. ¿Decepción por haber tenido que reconocer en público que todo era una gran mentira y el sólo un vulgar mentiroso? Bueno, digamos que quizás la muerte de miles de personas no causa ningún sentimiento de tristeza o conmiseración, pero aún en los individuos más obtusos, hay inquietudes que pueden alcanzar el corazón o esos recovecos del alma donde se agazapa la vergüenza: a fin de cuentas, una emoción, un ser humano.
Conforme avanzaba en la lectura de la nota (http://www.elpais.com/articulo/internacional/Bush/defiende/orgullo/gestion/elpepiint/20090113elpepiint_7/Tes) mi mente enumeraba algunas más de las muchas catástrofes en las que ese hombre tiene responsabilidad (lista que puede ser tan larga como se quiera, empezando por el empobrecimiento de millones hasta el calentamiento global, sin contar la estela de muerte que sembró y cosechó alrededor del mundo); desastres en los que, creo, jamás habrá de reconocer su responsabilidad. ¿Lo sabe y no lo quiere reconocer por no volver a abrir las puertas de la culpa, o sencillamente el hombre no tiene la capacidad humana de reconocerlo? Difícil decirlo.
Otra hipótesis es que, justamente, unos días antes de irse, George W. Bush, ha empezado a preparar el camino para lo que casi cualquier presidente vituperado o con alguna dudosa carga a cuestas (casi todos los ex presidentes Mexicanos lo han hecho) se empeña en llamar algo así como “Mi Verdad”. Y lo hacen en forma de un voluminoso libro en el que tejen la justificación de sus actos. Autobiográficos, sensibleros, grandilocuentes (es el tono adecuado al tamaño de sus Verdades), dichos libros siempre logran enganchar a muchos lectores con la promesa de encontrar entre sus páginas algún secreto de los entretelones del poder y esto, casi nunca, sucede. Al contrario, y como diría Bush, la búsqueda de esos secretos se suele tornar en decepción.
Si esa es su intención, ¿nadie le habrá dicho que esos intentos reivindicadores perpetrados por ex presidentes que se creen injustamente tratados por la historia, nunca sirven para nada?

sábado, 10 de enero de 2009

El Profeta y el Mar

Ha regresado el profeta de su viaje al mar. Su prédica encendida se ha vuelto a escuchar en ese pueblo desértico, en su iglesia hecha de paredes de adobe y argamasa. La gente, día tras día, se deja mecer por sus palabras, como una marea que los arrastra y alivia de ese infierno de calor. El viento sopla y la predica se entrelaza con el sonido de olas que ascienden hasta el cielo. Así, el paraíso se sumerge en un frescor de océano donde los ángeles se confunden con sirenas y tritones y dios, poco a poco, se convierte en un anciano con tridente que rige los destinos de ese mar.
En cuanto a Cristo, él deja de tener cabida en este mundo. Nada es más lejano que el sacrificio de un hombre crucificado en un desierto. Lejano y condenado al lento olvido.

Arte y Narcos

Leo hoy una nota cuyo título dice así Narcos suelen comprar arte, pero no distinguen falsos y francamente me hizo no sólo sonreír sino también pensar en los Narcos mexicanos (porque la nota se refiere principalmente a Narcos colombianos cuyos bienes han sido incautados). Sería muy interesante saber cuántas obras, auténticas o falsas cuelgan en las mansiones de los Narcos, en sus ranchos, en sus casas de seguridad, en sus despachos. Cuántas obras están ahí porque hacen juego con un sofá de color rojo o con un crucifijo de marfil. Cuántos artistas o artesanos de la pintura sin mayor aspiración artística, tendrán entre sus clientes habituales a las distinguidas esposas o compañeras en turno de algún narco a quien, en el fondo, le importa un pepino el Tamayo o el Rubens que un comerciante de arte trata de venderle por una cifra abultada. Caray, qué importancia pueden tener los cuadros esos cuando su mujer se siente halagada con la admiración o el silencio aprobatorio de esas damas, las vecinas ricas quienes últimamente han aceptado sus invitaciones a tomar café en casa. Mujeres que al parecen nunca han visto un oso polar disecado o un tigre blanco enjaulado en un jardín. Y así pensará el señor narco quien seguramente habrá visto ya demasiadas obras de arte en las residencias de algún socio o amigo funcionario.
¿Y las obras de arte auténticas? ¿Cuántas son, dónde están, dónde habrán de quedar una vez que los señores narcos desaparezcan en alguna cárcel, penthouse en Miami o Nueva York, oficina de gobierno o bajo el fragor de una balacera? ¿Qué suerte correrán aquellas obras que sean confiscadas para luego aparecer colgadas en alguna residencia quizás no muy alejada a la que ocuparon cuando hacían juego con el sofá rojo que tanto disfrutaba la señora narco?
¿Eres artista y en estos tiempos de escases económica te cuesta más trabajo vender tu obra? Pues no olvides a los narcos. Tienen plata y gusto por el arte (aunque sus criterios estéticos sean cuestionables). ¿Qué dónde los puedes encontrar? Eso no es problema. Casi todo el mundo conoce o sabe dónde hay uno. Sólo pregunta un poco y verás.
¿Te preocupa el que te obra termine dañada por dardos, puñales o disparos de AK47? Es verdad que el riesgo existe; simplemente trata de no pensar en esto y sí en que este mes, por fortuna, podrás ponerte al corriente con el pago de la renta.

Por cierto, la nota de referencia se puede leer aquí:
http://www.jornada.unam.mx/2009/01/10/index.php?section=cultura&article=a06n2cul

miércoles, 7 de enero de 2009

Regreso

Reflexionando sobre cómo reactivar la vida cuasi secreta de este blog, he pensado, entre otras cosas, en ampliar el registro de los temas y los tonos que habré de presentar aquí. A partir de este año, se podrán encontrar textos que no solamente tengan el tipo de registro narrativo que he venido usando (llámese cómo se llame), sino también otro tipo de anotaciones más cercanas a la vida de todos los días, que no es otra cosa que aquello que quizás muchos vemos, pero no todos tenemos la desfachatez y la impudicia de abordarla con palabras.
Valga este comentario como nuevo punto de partida.