jueves, 19 de febrero de 2009

Género y Pecado

Basados en la experiencia de los Sacerdotes y, sobre todo, de su ejercicio de la confesión, el Vaticano afirma que tratándose de “vicios” y pecados, el género también cuenta.

Según la nota de El País, las conclusiones a las que llega el Vaticano se pueden resumir así:

Ellos son predominantemente lujuriosos, glotones y perezosos.

En cuanto a ellas, el Vaticano las califica de soberbias, envidiosas e iracundas.

Hay algo en esta “calificación” que me recuerda esa antigua opinión de la iglesia católica con respecto al aspecto peligroso y amenazador de las mujeres, contrapuesto con la débil posición del hombre víctima de sus deseos ¡Qué tan fácil puede ser manipular esa proverbial debilidad del hombre con las tentaciones del sexo, los placeres del comer y las interminables promesas de descanso¡

En pocas palabras, una de las interpretaciones que se le puede dar a la opinión del Vaticano, es la de que son las mujeres las que tienen el control, si no en la esfera de lo público, sí en el ámbito privado.

¿Tiene algún sentido esta opinión? ¿Aún es posible que algunos confesores sean capaces de observar más allá de esa categorización de la conducta conocida como “pecados” y “virtudes”? ¿Serán conscientes de que detrás de cada acción se oculta una necesidad, un anhelo o un dolor que probablemente hunde sus raíces en la sombra?

¿Serán capaces de sentir el peso inmenso de esas máscaras, las propias, las de los demás; la densa bruma que se extiende por su iglesia?
gggggg

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