martes, 10 de febrero de 2009

El Doctor Muerte

Aribert Heim, Doctor Muerte, el criminal nazi más buscado, está muerto. Lo asegura su hijo Rüdiger, de 53 años, quien después de negar cualquier contacto con su padre confiesa haberle asistido en 1992 durante las últimas semanas de vida en su escondite de El Cairo (Egipto). "La última vez que le vi fue muerto en una cámara frigorífica de un hospital universitario de El Cairo, adonde le llevé por su expreso deseo. Quería que su cuerpo fuera utilizado por la ciencia. Fue una odisea encontrar un hospital donde aceptaran el cadáver", declara a EL PAÍS en una conversación telefónica desde su casa en Baden-Baden (Alemania).
El carnicero de Mauthausen… padecía un cáncer de colón y, según el relato de su hijo, murió en su habitación el 10 de agosto de 1992 mientras veía en la televisión la clausura de los Juegos Olímpicos. "Estaba muy enfermo y se durmió", dice Rüdiger.
El irónico deseo del Doctor Muerte, acusado de torturar y matar a más de 300 prisioneros con los que practicó horribles experimentos médicos, no se cumplió. Su hijo asegura que su cadáver nunca fue utilizado porque las leyes islámicas lo prohíben. "No se pudo hacer porque él se había convertido al islam. Hubo un juicio y se dio la orden oficial de enterrarlo en un cementerio de anónimos. Cuando tres años después volví a El Cairo no pude saber dónde le enterraron. No conozco dónde está enterrado. Sólo sé que ordenaron que fuera a un cementerio de gente pobre".

http://www.elpais.com/articulo/internacional/extrano/fin/Doctor/Muerte/elpepiint/20090206elpepiint_9/Tes
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Muchas son las historias alrededor de la vida y la muerte de Aribert Heim. La nota periodística publicada en los primeros días de Febrero de 2009 es sólo la más reciente de una cadena de informaciones referentes al Doctor Muerte. En muchas de ellas se habla de los momentos en que tuvo que abandonar alguno de los países en los que se ocultó. En otras notas se hace referencia a su muerte, tanto por causas naturales como por una supuesta operación que se encargó de asesinarlo en California. Vagas y, en ocasiones, contradictorias, estas informaciones que se han sucedido a lo largo de 40 o 50 años hablan de un hombre astuto, camaleónico, capaz de transformarse en cada huida; frío asesino, ginecólogo, hombre discreto, practicante del Islam, deportista, hombre enfermo. En fin, un misterio.

Si se piensa un poco en la historia de este hombre, también se puede concluir que Aribert Heim ha muerto muchas veces. En tiempos distintos y en lugares tan lejanos el uno del otro como pueden ser España o California, Argentina o El Cairo. Ha muerto asesinado o de muerte natural, solo en un cuarto de hospital o en un hotel, o confundido entre una multitud que vocifera; me imagino que fueron muchos los momentos en que Aribert Heim creyó haber escapado de la muerte y sin embargo ésta lo acosó y lo envolvió cientos de veces, ya sea en las diferentes estaciones de su huida o, en fin, como creo que sucedió, en la muerte de cada una de sus víctimas.

Y su imagen se diluyó cada vez más y se apagó junto con el brillo y el terror de cientos de miradas; y su cuerpo desapareció cientos de veces, en una fosa común o en una hoguera o en la habitación en la que, tal vez, aún espera el fin mientras es incapaz de olvidar los ojos de sus víctimas.

Quizás aún, frente a un espejo, escudriñe sus ojos y sólo vea la nada.

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