martes, 24 de marzo de 2009

Como un pez fuera del agua

¡Apaga ya la luz, pinche Jagger!

Desde lejos escucho que me gritan pero esos güeyes no saben ni de mi miedo ni de mi lucha porque yo llego todas las noches al cuarto y la única forma de hacer que eso que hay en la cama desaparezca es rociarlo de luz y que ésta queme todas las formas que se agitan en la oscuridad y que se animan tan pronto llego al cuarto y me huelen y entonces tengo la impresión de que abren sus bocas y se revuelven desde la cama como animales hambrientos que lo único que quieren es que yo me descuide y me deje caer sobre la cama para desde ahí envolverme con sus brazos y abrir sus inmensas bocas oscuras que no tardarán en devorarme…

El pinche Jagger está loco. Siempre llega después de la medianoche y el güey casi se avienta sobre el apagador para encender la luz. Después se queda mirando el foco, inmóvil, sin escuchar nada…

…el hambre está creciendo y la cosa despierta apenas cierro los ojos y yo ya casi no puedo dormir… cierro los ojos y entonces siento como si me acostara sobre una red de venas por las que de pronto la sangre corre nuevamente y escucho un murmullo que me anuncia que se están recobrando de la luz y yo abro los ojos y doy un salto y enciendo la luz antes de que sea demasiado tarde…

Desde hace varias noches que el Jagger se levanta gritando y vuelve a prender el foco… al Oso y mi ya nos tiene hasta la madre y no nos sorprende que él mire el foco y boqueé por horas como lo hace un pez fuera del agua…

…sé que ahora soy yo quien tiene que llenarse de luz tragarla y sentirla entrar dentro de mi para iluminarme y llenar todo mi cuerpo y mis venas con esa luz que los quema y los ahoga y ahora voy a ser yo quien los va a derrotar de una vez y para siempre…

Desde el dia en que el Jagger desapareció, el Oso y yo no hemos querido acercarnos a su cama. Llegamos cada tarde y sentimos que hay que encender la luz y olvidarnos de los gritos del Jagger. No vaya a ser que un día nos pase lo mismo que le pasó a él, que en la noche en que se fue, gritó como nunca lo había hecho antes de ponerse a boquear como un pez fuera del agua.

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