jueves, 6 de diciembre de 2007

Ratón sin Miedo

Científicos crean ratón sin miedo

Nota publicada el 15 de Noviembre, 2007 (fragmento):
La imagen de un pequeño ratón jugando con el collar de un gato. El miedo innato está vinculado al sentido del olfato y puede ser apagado al cerrar ciertos receptores en el cerebro. El experimento de científicos japoneses produjo un lote de “intrépidos” roedores

Un cambio genético en el sentido del olfato del ratón le ha causado la pérdida de la capacidad de asociar el olor del gato con el miedo innato a un depredador potencial.


No conoce el miedo. Aparentemente intrépido, puede acercarse a su depredador natural y ni siquiera sospechar que está a punto de convertirse en un bocado. Es posible que perciba los ojos acechantes del felino, la repentina posición de ataque, y sin embargo el ratón no se estremece bajo la amenaza que se cierne sobre él.
Los hombres que consiguieron este avance en el campo de la mutilación genética, están orgullosos y confiados. Saben que su logro les abrirá las puertas de espacios académicos cada vez más promisorios y, por ahora, incluso se dan tiempo para posar ante las cámaras. Es momento de relajarse, de hacer a un lado el registro puntual de la conducta del roedor, para, por qué no, divertirse a costa de él. Observarlo pasearse frente al gato mientras ellos mismos toman fotos que habrán de enviar a sus amigos o a alguna empresa que ya expresó su deseo de comercializar la imagen para alguna tarjeta postal o calendario. En esto, los hombres se parecen al ratón: divertidos, no perciben la amenaza de su juego.

Vulnerabilidad.

¿Hasta dónde puede llegar esto? ¿Qué tanto será posible continuar torciendo las trenzas de ADN, haciendo cortes a los eslabones, intercambiando células de material genético por otras cuyo propósito sea atrofiar órganos, ocasionar una excrescencia o, acaso, menguar o potenciar una pulsión? En el fondo, no se trata del miedo, sino de la capacidad de auto preservación, de la contención necesaria para no lanzarse a los abismos. Se trata de no abrir la puerta a que en nuestro mundo se instale de una vez por todas la violencia dislocada, el caos final. ¿Cuánto puede resistir la ya desgastada trama del tejido social una vez que seamos capaces de cortar, deliberadamente y en el fondo del instinto, las amarras que aún nos atan a la frágil convivencia? Pienso en esto y, todavía, siento temor.


En las primeras pruebas se adoptó una precaución adicional antes de presentar el ratón a los gatos domésticos. “Les dimos de comer a los felinos mucho antes de tomar fotos; de otro modo habrían matado a nuestro valioso ratón mutante”, expresó Sakano.

No hay comentarios.: